martes, 4 de febrero de 2014

Escenas de invierno: Vendiendo castañas asadas.

Con la llegada del invierno, hacían su aparición los puestos de castañas asadas en los paseos de nuestras ciudades. Su olor nos atraía a ellos, y la humilde y rica castaña cumplía una doble función: calentaba nuestras ateridas manos, y quitaba el hambre.
En la imagen vemos como la vendedora está envuelta en mantas para protegerse del frío; a su derecha un saco con la provisión de castañas, y frente a ella un sencillo horno para asarlas y un joven cliente.


Vendedora de castañas. Fotografía anónima. Circa 1950

Con el tiempo se hizo habitual adornar el horno con la forma de una locomotora, que en su caldera tenía el lugar donde se asaba el producto en diversos cajones metálicos, primero mediante carbón, y más adelante incorporando las modernas bombonas de gas butano. También incorporaba dos ruedas, con lo cual facilitaba la mobilidad y se podía trasladar como si fuera una carretilla de mano. La siguiente foto, fechada en 1970 es obra del fotógrafo de Torrelavega "Billy" y se obtuvo en una feria de ganados, posiblemente para su publicación en la prensa. Al dorso lleva manuscrito el texto que debía acompañarla "Todavía se ven estas locomotoras en las Ferias; no son del último modelo, pero asan bien las castañas".

Vendedor de castañas. Foto Billy, Torrelavega. 1970.
 
Reverso de la anterior fotografía, con texto, sello del fotógrafo e indicaciones para su publicación.

Hoy en día continúa la tradición, adaptada a los tiempos. En la imagen una moderna locomotora que asa castañas en la Plaza Porticada de Santander en estos fríos días de invierno. Mantiene la imagen típica de la locomotora, pero no tiene la mobilidad de las antiguas y supongo que para cambiarla de ubicación habrá que recurrir a un camión con grúa.







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